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martes, 17 de febrero de 2015

Carta Pastoral: Cuaresma y Pascua 2015, Obispo de Jaén

Queridos fieles diocesanos:
     En el día del Miércoles de Ceniza, 18 de febrero, pongo en vuestras manos unas breves reflexiones sobre los grandes misterios de nuestra fe que anualmente preparamos y celebramos los cristianos.
     1. Ha llegado el tiempo cuaresmal. La liturgia de la Iglesia nos presenta el recorrido de estos cuarenta días como un retiro ininterrumpido de toda la comunidad cristiana, junto con Jesucristo, en el desierto.
     Es tiempo de conversión para unirnos y vivir de forma nueva el misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo Jesús. Tiempo para sembrar en abundancia la Palabra de Dios en nuestros corazones, fijar nuestros ojos en Nuestro Señor Jesucristo, orar con Él y socorrer a los hermanos necesitados con nuestras limosnas.
     Esta visión del nuevo Pueblo de Dios en marcha hacia la Pascua, no deja de ser un espectáculo desconcertante para personas de nuestro entorno. El Concilio Vaticano II nos enseña y recuerda: “Por el Bautismo los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo; mueren con Él, son sepultados con Él y resucitan con Él” (SC, 6).

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lunes, 9 de abril de 2012

domingo, 8 de abril de 2012

Regina Coeli Laetare


Latín
Regina caeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Gaude et laetare Virgo María, alleluia.
Quia surrexit Dominus vere, alleluia.

Oremus:
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus es: praesta, quaesumus; ut, per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.


Español
Alégrate, reina del cielo, aleluya.
Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
Ha resucitado, según predijo; aleluya.
Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
Porque ha resucitado verdaderamente el Señor; aleluya.

Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el goce de la vida eterna. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.